Nuevas Pandemias
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¿Cómo se preparan los sistemas de salud para nuevas pandemias?

A inicios del 2020 la pandemia del COVID-19 se esparcía desde China hacia el resto del mundo (1). Durante ese año, esta pandemia causó dos millones de muertes alrededor del mundo e implicó costos de cerca de US$20 trillones; lo que demuestra la baja preparación de los países para enfrentar esta pandemia y la necesidad de fortalecer los mecanismos de respuesta para el futuro (2).

Desde hace décadas, numerosos investigadores han hablado sobre preveer los riesgos de nuevas pandemias y preparar a los sistemas de salud. Para tener un ejemplo, en 2005 la investigadora Mary Grace Duley publicó en la Revista de Biología y Medicina de Yale un estudio titulado “The Next Pandemic: Anticipating an Overwhelmed Health Care System”. En esta publicación, 15 años antes de la pandemia del COVID-19, la investigadora ya anticipaba la necesidad de estrategias para aumentar el número de camas, equipos,  insumos médicos y de personal de salud capacitado (3).

Pese a estas previsiones, países influyentes en el mundo cometieron grandes errores en el manejo de la pandemia. En países como Inglaterra, Suecia y Brasil tardaron en implementar medidas de distanciamiento físico y cierre de fronteras, basando su estrategia en la inmunidad de rebaño (4).

La falta de preparación para atender la pandemia de COVID-19 ha ocasionado terribles consecuencias a nivel mundial y pone en evidencia que atender estos problemas en el futuro requiere, no solo de mayores recursos financieros, sino el desarrollo de capacidades técnicas y operativas de los sistemas de salud (2).

Para esto, los gobiernos deben comprometerse con el trabajo al interior de las naciones, así como a través de la cooperación internacional. Es necesaria la inversión de recursos en la construcción y mantenimiento de laboratorios de salud pública, de equipos e insumos médicos y de apoyo a las instituciones de salud, incluyendo los salarios de los profesionales en esta área; además, es de vital importancia el financiamiento de investigaciones en diferentes campos de la salud y la economía social.

Otra de las necesidades más grandes que se ha evidenciado durante esta pandemia es la de fortalecer los sistemas de atención primaria en salud para que sean más efectivos en la prevención y detección temprana de enfermedades infecciosas (2).

Respuestas efectivas de los países ante la pandemia del COVID-19:

En febrero de 2020, ante la ausencia de información suficiente para tratar el virus y la falta de una vacuna, China optó por medidas de salud púbica como las cuarentenas estrictas, el cierre de aeropuertos, el seguimiento de los casos positivos y sus respectivos contactos, la restricción de encuentros sociales y el uso obligatorio de tapabocas; lo cual contribuyó a disminuir rápidamente el impacto de la primera ola de la pandemia (1).

Estas estrategias poblacionales influyeron de manera directa en las decisiones que tomó el gobierno de Nueva Zelanda, uno de los países que ha manejado de forma más efectiva la crisis sanitaria ocasionada por COVID-19.  Este país implementó medidas estrictas de distanciamiento físico y seguimiento de casos positivos durante marzo de 2020, lo que mitigó los contagios (1).

Muchas de las medidas que se han considerado más efectivas en el control de la pandemia por COVID-19 han sido producto de las experiencias en el manejo de las epidemias previas, como el caso de Hong Kong con el virus de la influenza aviar A(H5N1) en 1997, A(H7N9) en 2013 y la epidemia de SARS entre el 2002 y el 2003. Otro caso es el de Liberia quien tuvo que implementar en 2014 fuertes medidas y restructuraciones en su sistema de atención primaria en salud para enfrentar el brote de la epidemia del Ébola; Singapur en 2003 implementó medidas para atender la epidemia de SARS, adaptadas posteriormente para la influenza A(H1N1) y luego para COVID-19 (5).

¿Cómo nos preparamos para el futuro?

Es difícil preparar a las naciones, sobre todo de medianos y bajos ingresos, para futuras epidemias cuando en la actualidad existen tantos problemas de salud visibles e inminentes, como la tuberculosos, el VIH o la malaria. Sin embargo, existen medidas que pueden implementarse para atender los problemas actuales de forma efectiva y que al mismo tiempo pueden dejarnos preparados para el futuro. Algunas de estas medidas son el fortalecimiento de los centros de atención primaria, la inversión en laboratorios, la investigación, la protección del talento humano y la vigilancia epidemiológica (2).

Estas estrategias de preparación para futuras pandemias no son una recomendación reciente, desde el 2005 el Reglamento Sanitario Internacional, elaborado y revisado por la Organización Mundial de la Salud, planteó la necesidad de fortalecer los sistemas nacionales de vigilancia y respuesta proponiendo, entre otras actividades, el diseño de planes de preparación para pandemias.

Algunas organizaciones médicas internacionales han sugerido el diseño de planes nacionales para atención de futuras pandemias. Nueva Zelanda, contaba con un plan de seis fases para atención de epidemias desde 2017, enfocado a virus respiratorios debido a su experiencia con la influenza A(H1N1), y no contemplaba la eliminación del virus como su objetivo final sino la mitigación de su impacto sobre la salud de la población (1). Sin embargo, este país advierte sobre los riesgos de tener planes rígidos o enfocados únicamente en patologías específicas.

En esta línea y gracias a su experiencia, investigadores que han trabajado en estrategias exitosas para la gestión de la pandemia, como la de Nueva Zelanda, recomiendan que las nuevas estrategias para futuras pandemias se diseñen teniendo en cuenta lo siguiente (1):

  • Transmisibilidad y dinámica de la infección
  • Severidad y letalidad
  • Necesidad de controles adicionales y recursos necesarios
  • Nivel de conocimiento y caracterización de la patología

Estas características deben tenerse en cuenta, de acuerdo con el objetivo de la estrategia para la atención de la pandemia, es decir, se debe definir si lo que se busca es controlar la incidencia o reducir a cero los casos (Ver figura 1).

Nuevas Pandemias

Otras que se deben contemplar al momento de desarrollar las estrategias de respuesta para futuras pandemias, son el control de fronteras para limitar el alcance geográfico de la pandemia, el manejo basado en los casos y/o en la población para cortar la cadena de transmisión, y finalmente la prevención basada en la inmunidad mediante la vacunación y tratamientos antivirales (1).

Todas las medidas y recomendaciones para los gobiernos y sistemas de salud realizadas por investigadores a nivel mundial son basadas en las experiencias de las últimas epidemias.  Sin embargo, el éxito en la implementación de estas medidas depende de la voluntad de los gobernantes y de la disponibilidad de recursos de los países para invertir en medidas efectivas y sostenibles a largo plazo, con flexibilidad para atender los problemas actuales y adaptables a situaciones futuras.


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2. Frieden TR, Buissonnière M, McClelland A. The world must prepare now for the next pandemic. BMJ Glob Heal. 2021;6(3):6–8.

3. Duley MGK. The next pandemic: Anticipating an overwhelmed health care system. Yale J Biol Med. 2005;78(5):351–8.

4. Iacobucci G. Covid-19: Thousands died needlessly from UK pandemic response, says PM’s former aide. BMJ. 2021;373(10):1–2.

5. Chua AQ, Al Knawy B, Grant B, Legido-Quigley H, Lee WC, Leung GM, et al. How the lessons of previous epidemics helped successful countries fight covid-19. BMJ. 2021;372:1–3.

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