elasticidad precio
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La importancia de la elasticidad precio de la demanda en el sector de la salud

¿Cuáles son los incentivos para que la industria farmacéutica invierta en I+D de nuevos medicamentos?, ¿Cuáles son los efectos de los impuestos en el consumo de las bebidas azucaradas?  Estas preguntas, aunque muy diferentes unas de las otras, tienen algo en común, y es que sus respuestas incluyen el concepto de la elasticidad precio de la demanda. En este blog se expone el concepto y su importancia en la toma de decisiones de los diferentes agentes que componen el sector de la salud.

Definición

La demanda se puede definir de manera muy general como la cantidad de un bien o servicio que un individuo está dispuesto a adquirir. Sin embargo, la decisión de consumirlo no solo depende de las preferencias, los gustos o las necesidades personales, sino también del precio del bien o servicio y de aquellos que puedan sustituirlo, de los ingresos del consumidor y otro grupo de factores más complejos de determinar. Poder establecer entonces una función de demanda que incluya cada uno de los determinantes como variables requiere de un nivel de complejidad bastante alto, por lo que en la práctica se realizan análisis abstrayendo tan solo uno de estos factores (precio del bien) asumiendo que los demás permanecen constantes.

Esta simplificación del análisis nos permite identificar cuál sería la respuesta porcentual de las cantidades que los agentes demandan ante un cambio porcentual en su precio de venta. Esta medida se denomina Elasticidad Precio de la Demanda (EPD), la cual se calcula a partir de la siguiente expresión:

Donde EPDi es la elasticidad-precio de la demanda del bien i, Q son las cantidades demandadas, P es el precio de mercado y  es el operador matemático de incremento.

La demanda será elástica (EPD >1) cuando un incremento porcentual del precio implica una reducción más que proporcional de las cantidades demandadas. Por el contrario, la demanda es inelástica (EPD <1) cuando un incremento del precio representa una reducción menos que proporcional de las cantidades demandadas. Por otro lado, si la EPD =1, se denomina una demanda con elasticidad unitaria cuando el incremento del precio representa una reducción proporcional en las cantidades (1).

Lo que determina entonces, que una función de demanda sea elástica o inelástica es el tipo de bien que se esté analizando, los posibles sustitutos y la necesidad que tiene el consumidor por adquirirlo. Aquellos bienes que no son fáciles de sustituir, pero que además su compra no se puede postergar, presentan una función de demanda inelástica. Estas características se dan en la mayoría de los productos ofrecidos por la industria farmacéutica, pero no en todos, ¿Por qué?

Lo anterior se debe a las diferencias que existen en los mercados, y la existencia de productos diferentes aun cuando estén enfocados a combatir una misma enfermedad, por ejemplo, tratamientos curativos, paliativos o de vacunación.  No es igual la demanda de la vacuna contra el COVID-19, que la cura o el tratamiento de esta enfermedad; cada uno de esos bienes satisface necesidades diferentes. Entonces, ¿qué determina o cuáles son los incentivos para que la industria farmacéutica invierta en I+D de nuevos medicamentos?

La elasticidad precio de la demanda de los productos para tratamientos curativos estará determinada por el nivel de letalidad de la enfermedad. En la medida en que la enfermedad es más letal y no exista un tratamiento paliativo, la demanda será perfectamente inelástica, es decir, que por más que cambien los precios del medicamento, el enfermo sí o sí tiene que demandar el medicamento para poder vivir. Si la enfermedad es letal, pero existe un tratamiento paliativo, la demanda de la cura pasará de ser perfectamente inelástica a inelástica puesto que existe la posibilidad de vivir aún con la presencia de la enfermedad. Por el contrario, cuando la enfermedad es de baja letalidad y además existe un tratamiento paliativo, la demanda de la cura de esa enfermedad será elástica.

Es evidente que, la industria farmacéutica, haciendo uso de su posición monopólica, gracias al Acuerdo de Derechos de Propiedad Intelectual, suscrito en el marco de la Organización Mundial del Comercio por la invención de nuevos productos, tiene el poder de determinar los precios y cantidades, y por ende, invertirá en aquellos mercados cuya función de demanda sean más inelásticas ya que de ese modo maximizan su beneficio. Poder entender cómo es la elasticidad precio de la demanda de los diferentes productos que ofrece la industria farmacéutica se convierte en una herramienta para determinar los esfuerzos en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, fijar los presupuestos, mejorar la efectividad de tratamientos existentes, lanzar al mercado nuevos productos, ser más eficientes en la asignación de los recursos, comparar el consumo de medicamentos con las necesidades públicas de los sistemas de salud, entre otras.

La industria farmacéutica no es la única que debería tener presente el concepto de EPD como herramienta de toma de decisiones. En el sector público este concepto también tiene un papel relevante, principalmente cuando se desea implementar una política pública que beneficie la salud general de la población, y además pueda aumentar el recaudo tributario que fortalezca el gasto en salud. Actualmente, está sobre la mesa de discusión la posibilidad de gravar a las bebidas azucaradas en el país, con el fin de desincentivar su consumo y así poder controlar el aumento de personas en condición de sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Según León Torres y colaboradores uno de cada dos adultos entre 18 y 64 años en el país sufre de sobrepeso u obesidad (2), y de acuerdo con los reportes de las primeras causas de mortalidad en el país según el DANE, la enfermedad coronaria, la enfermedad cerebrovascular y otras enfermedades hipertensivas ocupan las primeras posiciones.

En el país no hay un consenso frente a la elasticidad precio de la demanda de bebidas azucaradas, sin embargo, varios estudios demuestran que por lo general estos productos tienen una EPD elástica, lo que indica que un aumento en su precio reduciría el consumo de manera más que proporcional (3). En México, la EPD calculada para refrescos fue de -1.06 y para bebidas azucaradas -1.16, lo que significa que un aumento del 10% en los precios de estas bebidas se asocia con una reducción en el consumo del 10.6% para refrescos y 11,6% para las bebidas azucaradas (4).

Como se ha señalado el concepto de EPD es útil y cobra relevancia en la toma de decisiones de diferentes actores en el sector de la salud. Pese a esto, en la práctica no es muy empleado debido al desafío que representa estimar una función de demanda ya que se requieren estrategias econométricas de alta complejidad.


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2. León, Rodriguez-Llach, Guarnizo. (2021). Impuesto a las bebidas azucaradas: una idea a favor de la salud pública, Bogotá, Editorial Dejusticia.

3. Sassi, Belloni, & Capobianco. (2013). The role of fiscal Policies in Health promotion. OECD Heath working papers

4. Colchero, Salgado, Unar-Munguía, Hernandez-Avila, Rivera-Dommarco (2013). Impuestos a los refrescos: estrategia para la prevención de obesidad. Obtenido de http://www.insp.mx/epppo/blog/2824-impuestos-refrescosestrategia-prevención-obesidad.html

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