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Todo lo que usted debe saber del sistema de salud en Chile

El Sistema de Salud en Chile se rige según una estructura denominada sistema mixto de atención, el cual incluye financiamiento, aseguramiento y proveedores de atención, dividiéndose principalmente en dos grandes sectores: público y privado.

El sistema previsional público, es financiado por el Estado, ya sea a través de impuestos generales, por aportes de los municipios o por copagos hechos por los afiliados.  Contemplando dos subsistemas conocidos como: Fondo Nacional de Salud (FONASA), que abarca aproximadamente el 80% de la población, y las Fuerzas Armadas y de Orden (DIPRECA y CAPREDENA).

El sistema previsional privado, es financiado por los propios cotizantes a través de aranceles y copagos tanto obligatorios como voluntarios, además de pagos de bolsillo que los usuarios de los servicios privados realizan al momento de recibir la atención. Este sistema esta constituido por las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRES); seis de ellas corresponden a ISAPRES abiertas, es decir, la afiliación y planes de salud son de oferta pública, y seis corresponden a ISAPRES cerradas que se basan en prestaciones a trabajadores de una determinada empresa o institución, contemplando aproximadamente el 18.2% de la población.

Durante los últimos años en Chile, el gasto de salud alcanzó aproximadamente un 8.5% del PIB, rango que esta levemente por debajo del promedio de los países OCDE, esto quiere decir, que el gasto que genera el Estado en Chile en relación a salud es menor a lo que alcanza el promedio de los países OCDE. Junto con esto, se observa que el gasto de bolsillo constituye uno de los más grandes dentro de los países de este grupo. A nivel local, este gasto alcanza aproximadamente el 35% del total de los aportes de financiamiento del Sistema de Salud, e incluye financiamiento de copagos por prestaciones de salud, medicamentos ambulatorios, prestaciones dentales, entre otros.

Con base en esto, se ha visto como necesidad impulsar medidas que garanticen el acceso, la oportunidad, la protección financiera y la calidad de la atención, para mitigar el gasto de bolsillo de los pacientes y aumentar el acceso a los tratamientos. Es en esta línea que nacen las Garantías Explicitas de Salud (GES), que buscan dar cobertura a los puntos mencionados anteriormente, estas se encuentran asociadas a 85 problemas de salud con alta prevalencia en el país y tanto las ISAPRES como FONASA deben asegurar su otorgamiento.

Junto con esto, en 2015 el Ministerio de Salud de Chile, crea un sistema de protección financiera para diagnósticos y tratamientos de alto costo, conocido como Ley Ricarte Soto. Esta ley entrega protección financiera a condiciones específicas de salud, tales como enfermedades oncológicas, inmunológicas y enfermedades raras o poco frecuentes. Otorga protección financiera a todos los usuarios de los sistemas previsionales de salud: FONASA, CAPREDENA, DIPRECA e ISAPRES, sin importar su situación socioeconómica, conociéndose como una medida de acceso universal.

Dado el interés social por aumentar el acceso resulta fundamental contar con un sistema de cobertura que incluya los medicamentos en seguros – públicos o privados – y con una adecuada regulación. Por lo tanto, las administraciones públicas han comenzado a establecer un marco estable de relaciones con el sector farmacéutico que garantice seguridad y confianza para potenciar de forma sostenida un desarrollo industrial competitivo, una política científica socialmente relevante, una mayor productividad en la inversión y una gestión eficiente de los procesos de innovación.

Esto conlleva a una mayor cooperación de las empresas farmacéuticas con los gobiernos y las autoridades reguladoras para mejorar la calidad de la evaluación y garantizar en consecuencia más altos estándares de seguridad, eficacia y calidad en los medicamentos, con el objetivo de cubrir las necesidades sanitarias del país. Además de los requerimientos anteriores, algunos países también consideran la eficiencia, es decir, la relación entre los costos en que se incurren y los beneficios que se recibirán antes de la introducción de un nuevo medicamento.

En Chile nos encontramos en un escenario idóneo para llegar a acuerdos con el fin de garantizar la salud como un derecho, a partir de la construcción de un modelo que permita el anhelado acceso universal. Por lo tanto, generar los insumos claves de los parámetros que se analizan durante la evaluación de las tecnologías, ya sea análisis a nivel científico, económico, análisis de las redes asistenciales y propuestas de valor innovadoras, son el kick-off para realizar estas negociaciones y aumentar el acceso de un producto en el mercado.

En este sentido, la información debe ser precisa, concisa, confiable y alineada con las necesidades del cliente, buscando las mejores oportunidades para obtener los mejores resultados y ser un insumo relevante y de peso a la hora de la toma de decisión. Así mismo, los datos e insight deben ser plausibles y deben generar una base relevante para presentar durante las negociaciones tanto en el sistema público como privado, y para medidas de acceso cerradas y universales.

Tercerizar estos análisis permite que los distintos stakeholders puedan confiar en el documento ya que no lo hace la misma compañía dueña del producto; esto además permite que terceros puedan interpretar y detectar los pro y los contras de cada tecnología y buscar la forma de potenciarlos y mitigarlos, respectivamente.

Con esto, se abarca el primer paso y se tienen fundamentos para impulsar el acceso y la cobertura de la tecnología a nivel nacional, con propuestas de valor innovadoras, que engloben todas las características del producto e identifiquen un enfoque específico para cada producto, es decir, una propuesta de valor individualizada y pensada en el producto. El objetivo es que sea una propuesta atractiva para los financiadores, ya sea del sistema público o privado de salud, con el fin de contribuir a alcanzar mayor cobertura de pacientes, para brindar el tratamiento adecuado, acorde con el desarrollo y tecnologías de este siglo.


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2. Víctor Becerril-Montekio, Lic en Ec, M en SocI; Juan de Dios Reyes, MC, MSPII; Annick Manuel, MC, MSPIII, Sistema de Salud de Chile

3. Clínicas de Chile, Resumen ejecutivo, dimensionamiento y cifras Sistema de Salud en Chile, 2018.

4. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (BCN) Departamento de estudios, extensión y publicaciones. Sistema de Salud en Chile y patologías con mirada de género. Area – Economía, 2018.

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6. Superintendencia de Salud, Gobierno de Chile. Directorio de Isapres. Disponible en: http://www.supersalud.gob.cl/664/w3-article-2528.html

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8. Inesta Antonio, Luis Angel. La industria farmacéutica y la sostenibilidad de los sistemas de salud en países desarrollados y América Latina.  2011, vol.16, n.6, pp.2713-2724. ISSN 14138123. http://dx.doi.org/10.1590/S1413-81232011000600010.

9. National Center for Pharmacoeconomics. Guidelines for inclusion of drug costs in pharmacoeconomic evaluations, 2010 May 31 Available from: http://www.ncpe.ie/u_docs/ doc_190.pdf

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